Es todo un espectáculo ver al peque comer casi como un adulto. Maneja estupendamente los alimentos y la motricidad fina con esta forma de alimentación la desarrollan un montón. Eso si a nuestro peque no le gustan nada los baberos así que se pone perdido! pero bueno, aparte de eso yo lo único que he encontrado son ventajas. No tienes que depender de purés o potitos e ir mirando dónde poder calentarlos si estás fuera de casa. El peque come más o menos lo que comemos nosotros exceptuando ciertos alimentos que por edad o por circunstancias no se le pueden dar, así que estemos donde estemos él siempre puede comer algo.
Obviamente poco a poco ha ido comiendo más variedad y más cantidad. Al principio es más juego y experimentación que alimentación.
